Índice
Pagar tarde las facturas es una práctica que deteriora la relación con los proveedores y puede conllevar penalizaciones económicas
Más de la mitad de las facturas que emiten las empresas a otros negocios se abonan fuera de la fecha de vencimiento establecida en ellas.
Un reciente estudio revela que solo el 44% de las facturas se pagan a tiempo en nuestro país. Mientras que casi el 10% acumulan retrasos superiores a los 30 días. ¿Qué pasa con el resto de las facturas? Se abonan en el mes siguiente a su fecha de vencimiento.
Como consecuencia de ello, las empresas y administraciones públicas de nuestro país se retrasan 15 días de media en el abono de las facturas.
De hecho, son las administraciones públicas las que más se retrasan: 28 días de media. Mientras que en el sector de la industria el retraso no llega a los 12 días de media.
Esto evidencia, una vez más, que los proveedores de las administraciones públicas tienen que hacer frente a retrasos notorios que pueden dañar sus finanzas y repercutir negativamente en su modelo de negocio.
En este artículo, vamos a reflexionar sobre lo efectos de pagar tarde las facturas, señalar qué dice la ley al respecto, desgranar las consecuencias y proponer algunas soluciones para ayudar a las empresas a la hora de evitar pagar tarde las facturas de sus proveedores.
¿Qué empresas son más propensas a pagar tarde las facturas?
El informe elaborado con Informa que aporta datos del último trimestre de 2024, señala que las microempresas y los pequeños negocios son notablemente más puntuales al abonar sus facturas recibidas que las grandes compañías.
Así, pagar tarde las facturas es una práctica habitual en las organizaciones de mayor tamaño. Hasta el punto de que solo abonan a tiempo el 14,5% de sus facturas. Si bien, la gran mayoría de las mismas se pagan durante el mes siguiente a la fecha de vencimiento (78.3%).
Por contra, las microempresas pagan en plazo casi la mitad de sus facturas (49,71%). Un dato muy similar al que presentan las pequeñas empresas (45,80%).
¿A qué se debe esta notable diferencia entre unos negocios y otros? No existe una explicación común, pero hay que tener en cuenta causas financieras, organizativas e, incluso, factores que traspasan lo puramente empresarial:
- La planificación financiera de las grandes compañías es más compleja, de ahí que sea más habitual que procedan a pagar tarde las facturas.
- Los proveedores con facturas pendientes de cobro tienen más capacidad de negociación con empresas pequeñas, mientras que su dependencia de clientes de gran tamaño es mayor. Al fin y al cabo, una empresa de alimentación que es proveedora de Carrefour, Mercadona o Alcampo podrá ejercer menos presión.
- Es más, en muchos casos, al tratarse de grandes clientes, los proveedores son más permisivos porque desean tenerlos contentos, ya que gran parte de su volumen de negocios depende del acuerdo comercial con la compañía.
- En algunos casos pagar tarde las facturas es una acción involuntaria, que los negocios solo llevan a cabo por el ingente número de facturas y pagos que deben gestionar.
- En el ámbito de las pequeñas empresas entra en juego la relación de proximidad y confianza que se establece con los proveedores. Un despacho de abogados intenta pagarle siempre a tiempo a un procurador con el que trabaja de forma recurrente para no generarle problemas de liquidez. Lo mismo sucede con una pequeña o mediana constructora y un estudio de arquitectura o de ingeniería. En el ámbito de la gran empresa las relaciones personales se diluyen, pero en el terreno de las microempresas y las pymes no.
¿Qué dice la normativa española sobre pagar tarde las facturas?
La Ley 3/2004 de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales establece que el plazo de pago general de las facturas es de 30 días a contar desde que se reciben las mercancías compradas o se lleva a cabo la prestación de servicios.
Sin embargo, mediante pacto entre las partes es posible acordar un plazo que trascienda los 60 días naturales.
¿Qué sucede si se procede a pagar tarde las facturas? Los negocios que las emiten tienen derecho a cobrar intereses de demora sin que tenga que avisar del vencimiento de las facturas. La ley fija dos requisitos para poder exigir los intereses de demora a los deudores:
- Que el negocio haya cumplido con sus obligaciones contractuales: prestar el servicio o entregar el bien.
- Que no se haya abonado el dinero pactado, salvo que el deudor pueda demostrar que no es el responsable de pagar tarde las facturas.
¿A cuánto pueden ascender los intereses de demora?
- A lo que se acuerde en el contrato.
- Si no se han pactado en el contrato, se aplicará el tipo legal de interés de demora. Este tipo se calcula sumándole 8 puntos al «tipo de interés aplicado por el Banco Central Europeo a su más reciente operación principal de financiación». El Ministerio de Economía debe publicar semestralmente este tipo legal de interés de demora en el BOE para que todas las empresas lo puedan consultar con facilidad.
Además de la aplicación de intereses de demora, los negocios afectados porque se les procedan a pagar tarde las facturas tienen derecho a:
- Una indemnización fija de 40 euros que se añade a la deuda sin que el negocio tenga que solicitarlo.
- Reclamar una indemnización mayor por los costes de cobro que haya sufrido y que excedan esos 40 euros de la indemnización fija. Para ello, deberá contar con las pruebas que acrediten los costes reclamados.
¿Es posible pactar un plazo superior a los 60 días para abonar facturas?
Como señalamos antes, la normativa española, derivada de una directiva europea, permite que las partes pacten fechas de vencimiento de las facturas superiores a los 60 días.
Sin embargo, una reciente sentencia del TJUE ha acotado esta cuestión estableciendo dos requisitos indispensables:
- Que el plazo acordado sea negociado libremente por las partes.
- Que no se trate de una condición impuesta unilateralmente por una de las partes, aunque la otra transigiese al firmar el contrato.
Así, el TJUE avala que se puedan establecer plazos superiores a los 60 días, pero las dos partes deben manifestar una voluntad clara y explícita.

¿Cuáles son las consecuencias de pagar tarde las facturas para los negocios? ¿Y de cobrarlas con retraso?
Más allá de las consecuencias legales que apuntamos antes, como el abono de intereses de demora e indemnizaciones, pagar tarde las facturas conlleva una evidente consecuencia negativa para los negocios: se daña la relación con sus proveedores.
Esta cuestión no es en absoluto baladí. ¿Por qué? La gran mayoría de las empresas trabaja con proveedores estables que se convierten en elementos críticos de su modelo de negocio. Si una clínica médica contrata todo el material sanitario con una empresa, esa relación comercial es de enorme relevancia para su operatividad y sus finanzas.
Si un negocio procede a pagar tarde las facturas de manera sistemática, es posible que sus proveedores prefieran llegar a acuerdos con empresas que sí abonan a tiempo las facturas.
Desde la óptica de las empresas que acumulan facturas pendientes de cobrar, el perjuicio es evidente:
- Ya han llevado a cabo los servicios acordados o facilitado los productos adquiridos por los deudores, asumiendo el coste derivado de todo ello, sin embargo, no reciben los ingresos esperados.
- La salud financiera del negocio se puede resentir y tener problemas de liquidez.
- La negociación con los bancos para obtener financiación se vuelve más compleja y, seguramente, las condiciones son peores si no se tienen unas cuentas saneadas.
- Si las facturas no cobradas suponen un volumen de ingresos relevante, la propia viabilidad del negocio puede verse afectada.
¿Qué pueden hacer las empresas para evitar pagar tarde las facturas?
Aunque el abanico de medidas que se pueden implementar para eludir pagar tarde las facturas es amplio, podemos señalar dos acciones estratégicas al alcance de todos los negocios:
- Disponer de un plan financiero bien diseñado, basado en previsiones de ingresos y gastos fiables. De tal forma que una empresa no se quede nunca sin liquidez para hacer frente al pago de las facturas de sus proveedores.
- Implementar un programa de facturación para:
- Llevar un control total de todos los tipos de facturas recibidas.
- Automatizar el pago de las facturas de los proveedores.
- Crear recordatorios con el plazo de vencimiento de cada factura para eliminar los olvidos y reducir los retrasos.
- Realizar un control de tesorería permanente.
- Cumplimentar los libros contables de manera automática a partir de los datos de la facturación emitida y recibida.
- Disponer de informes con todos los datos relevantes en torno a los proveedores y los pagos.
- Elaborar previsiones financieras basándose en datos verídicos de años anteriores.
En definitiva, pagar tarde las facturas en España cuesta en torno a 3.000 millones de euros a nuestro tejido productivo. Una cifra que evidencia la importancia de evitar los retrasos en el abono de facturas, cuidar la relación con los proveedores y eludir las consecuencias negativas que esta práctica provoca tanto en deudores como en acreedores.
La digitalización de la gestión económica de las empresas gracias a soluciones como los programas de facturación puede contribuir a reducir al máximo los retrasos y cumplir con las fechas de vencimiento de las facturas pactadas entre las partes.